lunes, 19 de marzo de 2012

BOYACA

Dejando atrás San Gil y la región de Santander y me dirijí hacia el sur, al departamento de Boyacá.
Región "cuna y taller " de la libertad, según Simón Bolivar, es una región muy agrícola, con grandes extensiones de campo verde. El paisaje en general se parece mucho al campo del norte de España y cuenta con la laguna de Tota, la más grandes de Colombia.
En Boyacá se "celebró" una de las batallas decisibas de las corrientes libertadoras de América del sur, y la más importante de Colombia, ya que el 7 de agosto de 1819 se libró la batalla definitiva para la liberación de Nueva Granada.
La capital es Tunja, una ciudad mas bonita de lo que esperaba, a unas 3 horas de San gil y a un par de horas de Bogotá. Destacar la plaza principal, con una bonita catedral y la casa-museo del fundador de la ciudad, Gonzalo Suarez Rendón. Edificio del siglo XVI, es una casa muy bnita con un pequeño museo muy interesante con objetos de la época.
El resto de la ciudad se mueve entre casas coloniales y alguna que otra iglesia. Por lo demás, como cualquier otra ciudad, mucho comercio, bares y cafeterías.
Tunja sirve como paso para la gente que va a otros lugares de la región, entre las que destaca Villa de Leyva.











A unos 40 km de Tunja, esta el monumento nacional Villa de Leyva, pueblo hermoso, muy colonial y colorido y uno de los puntos más turísticos de Colombia.
Nada mas llegar, la terminal y su entorno, ya nos dejan ver como es el pueblo. Casa blancas coloniales con remates, balcones y puertas de color verde o rojo y muchas flores decorándolas. Tras caminar unos metros, se llega a la plaza principal. Una plaza de mas de una hectárea, empedrada y cuesta abajo, simplemente asombroso.
Villa de Leyva, al ser un foco de turismo importante, cuenta con muchos hoteles, restaurantes, tiendas de artesanías entre otros, por lo que la oferta es variada. Hay desde el hotel de lujo hasta zonas de acampada..
Una vez instalado, lo mejor es caminar por sus calles empedradas, disfrutar de la arquitectura, de las montañas de los alrededores y respirar la historia que se acumula en las calles y sus museos.
Es una zona con mucha historia, incluso tiene un museo paleontológico.
Otro reclamo de la ciudad es la naturaleza adyacente, donde se puede acampar , hacer actividades relacionadas con la astrología y bueno, mucha gente también va a comer hongos, que mezclados con aguapanela, lleva al consumidor a un estado de "alucinación", entre otros efectos.
Yo me dedique a pasear durante un par de días. Como digo, el lugar está lleno de restaurantes y bares, pero no es especialmente barato, por lo que si se quiere ahorrar en comida, lo mejor es alejarse del centro y caminar hacia la zona de la terminal, donde están los lugares más frecuentados por los locales.
Personalmente , es uno de lo sitios que más puedo recomendar de Colombia, cerca de la capital y de fácil acceso.









Una vez dejado atras Villa de Leyva, vuelta a Tunja, y junto a Alexandra y Jorge, nos dirijimos hacia el interior de la región.
Erá época navideña, por lo que aprovechamos para visitar los pequeños pueblos boyacenses, que para las fechas se decoran como si fuera LAs Vegas. Me impresionaron por lo ostentoso de las luces, que cubren la mayoria de los pueblos, muy pequeños todos, pero que para navidad, hacen un esfuerzo para dejarlos "brillante". Nobsa y Corrales son claro ejemplo.
Paseamos en vehículo de pueblo en pueblo, mirando bailes típicos, disfraces, los pesebres gigantes con temática popular, y comidas típicas también.





Ya con la noche bien entrada, dormimos en casa de una amiga de Alexa en Tunja, y al día siguiente un pequeño paseo por la capital Tunja.
En resumen y en mi opinión, veo a Boyacá como una de las regiones más interesantes de Colombia. A falta de conocer muchisimo del país, la gente, el paisaje y la historia de este departamento ( mucha herencia vasca, lo que le da un plus de interes personal) me gustan mucho, y se lo recomiendo a todo a quien me pregunte. Más allá de Villa de Leyva, animo al visitante a conocer Tunja, la laguna de Tota y los pueblis aledaños, y se empape de la comida y las historias de los lugareños.

viernes, 9 de marzo de 2012

Mi primer contacto con Colombia

Hoy voy a empezar a recorrer Colombia de una forma distinta. Haciendo un poco de  memoria ( y revisando mis apuntes) voy a recuperar como fueron mis primeros pasos en este país, en el cual por alguna razón me quedé a vivir.
No será un viaje organizado, trataré de llevar un orden medianamente lógico, pero iré intercalando anécdotas o relatos diferentes.
Tras recorrer una parte de la amazonía de Ecuador, Perú y Brasil, pasé un mes en Venezuela, con poco dinero en los bolsillos, muchas horas de bus para ahorrar en hospedaje pero con muchas y muy buenas experiencias.
Dejando atrás Venezuela, la salida hacia Colombia se complicó bastante, debido a unos cortes en la carretera y unos paros en protesta  a unas reformas por aplicar en Venezuela, la salida desde San Cristobal (Venezuela) hacia Cúcuta ( Colombia) estaba difícil. Muchas súplicas en la terminal pero al fin conseguí llegar a la aduana.
Los trámites de salida y entrada fueron muy fáciles. Las dos aduanas y por ende, los dos países están separados por el puente internacional Simón Bolivar. Este es un puente muy importante en temas de importaciones y exportaciones entre ambos países, y una vez cruzado a pie y sellado el pasaporte, me dispuse a ir a Cúcuta, ya con la noche encima.
Cúcuta es la capital del departamento de Norte de Santander, ciudad de algo mas de medio millón de habitantes y muy calurosa. Como casi toda ciudad fronteriza, dispone de mucho comercio de todo tipo; ropa, cambio de divisas, compra-venta de todo tipo entre otros...y por que negarlo, bastante contrabando, sobre todo de gasolina proveniente de Venezuela. Pero por otra parte, me sorprendió para bien esta ciudad. Ordenada, bastante limpia y a pesar de ser "pequeña", con varios lugares que visitar.
Tras el paso fugaz por la ciudad me dirigí al día siguiente hacia Bucaramanga, capital del departamento de Santander. 
La ruta hacia Bucaramanga es muy bonita, pasando por la ciudad de Pamplona y subiendo y bajando entre paramos y cerros, lo que lleva a cambios de paisaje y de clima.




Una vez en Bucaramanga me encontré con Tania y unos amigos, y gracias a ese encuentro puede conocer un poco más de lo que hubiese conocido por mi cuenta.
La ciudad en sí , es como otra cualquiera,  no me llamó especialmente la atención, pero por otra parte pude probar por primera vez uno de los estandartes de la cultura y gastronomía de Colombia, las OBLEAS. 
Básicamente son unas galletas de harina de trigo muy muy finas ( tipo ostia sagrada) de unos 20 cm de diámetro, que se rellenan de lo que se quiera, pero normalmente de queso y arequipe ( dulce de leche), pero con infinitas opciones. Yo pagué la novatada y la mía fue de arequipe, leche condensada y mermelada.Una bomba de azúcar. Después de visitar Floridablanca y Girón, bonitas poblaciones cercanas a Bucaramanga, especialmente Girón por su arquitectura, salí hacia San gil, a menos de 3 horas de la ciudad y camino a Bogotá.
San Gil y el Cañon de Chicamocha son uno de los puntos más fuertes del turismo en Colombia. Por su naturaleza expectacular, pasado colonial y por los deportes extremos.
A pesar de no realizar ningún deporte extremo, disfruté mucho de San Gil. Pueblo más o menos pequeño, arquitectura aún con aires coloniales y buen clima. A pocos minutos está Barichara, el pueblo más bonito de Colombia según muchos. Para mi no lo es, pero no le faltará mucho para serlo. Muy pequeño, casa blancas y coloniales, calles empedradas o de tierra y con buenas vistas.
De vuelta en San Gil, me tocó la segunda y tercera experiencia gastronómica: Canelazo y Hormigas culonas.
El canelazo es una bebida caliente a base de aguardiente, panela y canela, pero en mi ignorancia, obvié la parte del aguardiente y bueno....
Las hormigas culonas, como su nombre bien indica, son HORMIGAS y culonas, y se  comen !! Tras unas primeras dudas, me armé de valor y las probé. Están cocinadas y la verdad, ni mal ni bien. Me supieron a palomitas de maíz quemadas.





Y poco más sobre esta región tan verde y bonita.
Hay que tener precaución en los meses de lluvia, porque algunas carreteras se colapsan, pero por lo demás es muy fácil de llegar desde cualquier parte del país.
Una vez dejado atras San gil, me dirigí hacia Bogotá pasando por Boyaca...