El Café

Creo que en todo el tiempo que llevo en Colombia no he hablado del café como tal. 

No es secreto que el café me gusta mucho, me encanta. Solo y sin azúcar. Herencia materna supongo.

Y que  mejor lugar para tomar un buen café, que la cuna del mejor ( o uno de los mejores).

La realidad, tristemente dista mucho de esta afirmación. Colombia produce un café excelente, de los mejores a nivel mundial, pero el consumo interno no va de la mano. Cafés de gama baja ( sobras, pasillas...) añadido a una falta de cultura de tomar café bien elaborado, hacen de Colombia, un lugar normal y corriente para tomar café. Me duele decirlo, y se que muchos no estarán de acuerdo, pero así lo veo yo.
No puedo dejar de recomendar el post de LAURA CANHSPEYER, otra de las colaboradoras en el proyecto de Bloggers, que casualmente escribe sobre lo mismo, pero mucho más concretado y con mayor conocimiento del medio

Café con vista

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Me animé a escribir este post de acuerdo  a 2 cosas que me han pasado recientemente. La primera es haber realizado un curso de barismo ( todo lo relacionado con el café y sus preparaciones) y la segunda, un próximo viaje a tierras cafetaleras, del cual haré el correspondiente post.

Sobra decir que tomar un buen café va más allá de la calidad de la materia prima. Se puede tener el mejor grano de café pero deteriorarlo en una mala preparación. Poco a poco, supongo que irá cambiando, y logremos educar a los vendedores y a los consumidores con la importancia de tomar un buen café, que es un ALIMENTO y tomarlo en mal estado, nos perjudica mucho.

Lo primero que vi al llegar a Colombia, y sobre todo por el centro de Bogotá, fueron los vendedores de café, en todos lados y en cada esquina. Tanto ambulantes como en los pequeños cafés con su greca humeante. Y pensé: "Que bueno todo esto, y además con esa máquina metálica,con tubos, filtros y dosificadores, que seguro prepara el mejor café del mundo". Nada más lejos de la realidad. La greca quema el café y puede resultar perjudicial para el cuerpo. El café sobrecalentado-quemado, nos lleva a tomar puro carbón, añadido a la baja calidad del café utilizado ( muchas veces, sobras de cafés de baja calidad, o incluso sobras de cafés de otros países)

Con este curso, aprendí las diferentes formas de preparar el café. Obviamente para gustos colores, hay quien prefiere el café solo, americano, con leche, con azúcar...pero me refiero a la mejor forma de extraer el café como tal. Que el grano molido no se queme, lo que nos produciría estar tomando carbón.Ni tampoco, que el café sea un "agua sucia". Hay métodos diferentes  según la máquina a utilizar, y con base a esto, se puede realmente preparar un buen café. 

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Se puede ver que cada vez se abren más locales que sirven y valoran las buenas maneras a la hora de preparar el café, pero el consumidor medio o bien no está dispuesto a pagar un precio más elevado por un buen café o no está acostumbrado. Decir que el elevado precio del buen café en Colombia ( del buen café), se debe primero a la calidad y segundo al hábito mismo colombiano de consumir el de menor calidad, por lo que el café bueno se exporta y el que  queda, se eleva en precio. 

Esta de actualidad la guerra abierta de los cafetaleros colombianos, en protesta defendiendo sus cultivos, derechos y poniendo la voz en la importancia que tiene el café para la economía y cultura de este país, el famoso país cafetalero,sobra decir. Mucho del trabajo de estos trabajadores de la tierra se pierde entre muchos intermediarios, lo que quita rentabilidad a su labor, y a por la falta de ayudas estatales, muchos caficultores ya están cambiando de cultivos, o simplemente bajando la calidad del producto. Además de ello, gran parte del consumo interno de café, son cafés de Vietnam, Ecuador...granos que pueden ser de calidad, pero no en el caso del consumo doméstico ( o incluso de locales más reconocidos).

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Creo que es una labor conjunta cambiar esto. Cambiar nuestros hábitos de compra ( consumir café nacional, pero de calidad), de consumo y ayudar a una cultura de café acorde a lo que se espera de un país como este. Valorar más el producto como tal, tanto el cafeto ( la planta) como la bebida final.
En mis próximos post, y tras el viaje al eje cafetero, contaré más.

fotos de :

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CLAUSTRO DE SAN AGUSTIN

Aprovechando unos días libres en semana santa, me dediqué a recorrer el centro de Bogotá. Esperaba mayor afluencia de gente, alguna procesión tal vez, pero no encontré nada diferente a un Domingo normal, salvo la aparición de muchos vendedores de incienso. 

Con ese aroma intenso a incienso quemado y humeante, caminé por la 7ma, mirando a los, cada mas, artistas y estatuas humanas hasta llegar a la catedral y la plaza Bolivar.

Desde la plaza, baje por al carrera 8va, al costado del palacio Nariño dirección sur, hasta el claustro de San Agustín. El claustro es un museo que pertenece a la universidad nacional y a su red de museos y patrimonio.

La entrada es gratuita y lo abren todos los días, de 9 am en adelante y se encuentra fácilmente justo detrás del palacio Nariño

Es un claustro sencillo, de 2 pisos, y con los arcos rodeando al claustro sin demasiado adorno. A sido restaurado varias veces, y hoy día en el centro solo hay pasto, cuando antes había una fuente.

Una vez dentro, hay diferentes salas, de las cuales algunas estaban cerradas, o en fase de montaje de alguna exposición.

La que más llama la atención es la de Elementos del Crimen, sala asociada a todo lo relacionado con la investigación criminalística. Se pueden ver objetos antiguos de autopsias, cráneos, archivos,armas y munición, drogas y medicamentos entre multitud de objetos. Al ser parte de la Universidad nacional, hacen bastante énfasis en el área medica de los crímenes.

Después una visita rápida a otro salón dedicado al Casanare, seguí al piso superior donde destacan 2 muestras.

La primera es sobre la Universidad nacional en sí misma. Fotografías de su pasado y presente, los cambios sociales y arquitectónicos dentro de la misma. Seguro que es algunas imágenes serán añoradas por los ex alumnos de la más famosa universidad del país.

La otra sala está dedicada al científico, diplomático y botánico colombiano José Jerónimo Triana. Una muestra amplia de su trabajo en Colombia y en Francia, con un repaso a su participación en las negociaciones por el canal de panamá, o su destacado papel en la Expo de París.

Y de salida, vuelta por la 7ma, dirección norte.