lunes, 11 de noviembre de 2013

BIEN PUEDA

Muchos días han pasado sin que escriba nada por aquí. Ando muy centrado con BOWL y la pereza me ha podido.
Pero aprovechando la oportunidad que me dio Proexport para realizar un nuevo Blogtrip, toca retomar la tarea.
Esta vez, después de muchos retrasos y cancelaciones, me correspondió viajar al eje cafetero.
Región que en parte ya conocía, pero que siempre es agradable regresar, siendo uno de mis destinos favoritos en el país. A falta de conocer muchos otros lugares, diría que junto a Boyacá, es el lugar que más recomiendo en Colombia.
Como novedad esta vez me tocaba viajar con otra persona, desconocida para mí, pero que resulto ser muy buena gente, a pesar de ser Francés (broma típica, que espero no hiera sensibilidades de más allá de los pirineos).
Llegar al aeropuerto El Dorado un fin de semana se complica un poco por la menor cantidad de autobuses del transmilenio (desde la estación de ALCALÁ, se puede tomar el K23, pero solo circula de lunes a viernes). De todas formas, con un par de transbordos se llega rápido. Lo recomiendo si o si, ya que si hay mucho tráfico, llegar al aeropuerto en taxi puede hacerse eterno. Con la nueva ruta por la calle 26 es muy rápido. Eso si, el bus NO llega hasta el aeropuerto. Una vez en el PORTAL EL DORADO (que está pasando la avenida CALI), hay que tomar el alimentador del aeropuerto, que si bien no es lo más cómodo por la falta de espacio para maletas…, es bastante rápido.
Ya en el renovado aeropuerto, me resultó muy fácil ubicar la zona de vuelos nacionales, aun en obras, pero bastante ordenado y limpio.

Con un retraso de un par de horas, partimos hacia el aeropuerto de Pereira.
Allá nos esperaban los guías de LIVING TRIPS, la empresa de turismo que nos iba a colaborar en todo el viaje. Julián y Claudia fueron los encargados de hacer de este primer día una excelente experiencia.
El eje cafetero incluye los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindio. Tiene unas carreteras muy buenas comparando con otras regiones y es muy fácil moverse de un lugar a otro.

Decir que  todo queda a “unos 20 minutos”. Cada vez que preguntábamos a que distancia quedaba tal o cual lugar, esa era la respuesta. Aunque la verdad, nunca fue mucho más.
La primera parada fue la HACIENDA VENECIA, finca cafetera, con alrededor de 200 hectáreas, Muy cerca de Manizales.

 Sala espera aeropuerto

alrededores de la hacienda

Dejando la vía principal, se toma un desvió por un camino sin asfaltar que nos deja a las puertas del “hostal” que tiene la Hacienda. Una casa bonita, adaptada  al turismo menos exigente, con piscina, salón comunal y buena energía.


De aquí, salimos en un 4x4 hacia la hacienda propiamente, cruzando un rio. Una casa de estilo completamente de la zona, paisa. Casa en madera, guadua (tipo de caña local) y muy colorida en los detalles de los balcones y puerta-ventanas.  
El color de la casa, tradicionalmente se debía a la tendencia política de los dueños, rojo o azul, según fuera liberal o conservador. Con el tiempo, y cansados de peleas, mucha gente, ajena de esta guerra inútil, decidió cambiar los colores tradicionales, y por este motivo se pueden ver casas con detalles en verde, naranja, rosa etc…











La hacienda en sí, es preciosa, las vistas magnificas a todo el valle, verde y nublado en esta época, pero un sitio ideal para vivir. Después de almorzar una bandeja paisa, comenzamos un pequeño tour por los terrenos cafeteros. Nos explicaron la historia y origen del café, las razones por las que el café se da tan bien en esta parte del mundo, y especialmente en Colombia y otras muchas cosas.








 El fruto rojo, ya maduro


Poder caminar entre los cafetos (el árbol del café), ver el fruto, el terreno lleno de barro te da una idea de cómo es el trabajo diario de los recolectores. Generalmente hombres adultos que reciben entre 300 y 400 pesos colombianos (unos 25 céntimos de euro) por cada kilo de fruto recogido (uno a uno).
Este café recolectado aquí, va mayormente a Japón, como la mayoría del café Colombiano, que va al extranjero, dejando las “sobras” para el consumo interno.
Después de ver los cultivos, nos mostraron la maquinaría para la transformación del fruto en grano, donde ellos lo dejan en verde, listo para tostar. Pero ese paso ya se realiza en otros lados.













Más adelante, en otro post, hablaré más concreto sobre el café en sí mismo.
Dejamos atrás la hacienda, y nos dirigimos al lugar donde pasaríamos las 2 noches siguientes.


Otra casa espectacular, esta vez con estructura más colonial, pero muy bien conservada y decorada. Puro lujo. Las habitaciones con una decoración diferente entre si, pero que guardan mucha de la tradición religiosa del lugar. En mi caso, la habitación estaba llena de crucifijos, imágenes de santas… muy al estilo convento.

 Mi habitación
 Hotel hacienda San José



 Hotel hacienda San José

Allí mismo nos dieron de comer, junto a la piscina y una terraza muy acogedora.

Y después de unas cervezas, a descansar ya que al día siguiente tocaba madrugar otra vez para seguir conociendo la región.

sábado, 20 de julio de 2013

MERCADO DE LAS PULGAS

Ya cumplió más de 30 años este mercado, muy famoso en la ciudad, que se puede visitar todos los Domingos y Lunes festivos en un parqueadero frente a la torre Colpatria, en la 7ma con 24.

Hay otros mercados de este tipo en la ciudad ( Usaquén, eje ambiental...) , pero a  mi personalmente este es el que más me gusta. Por los puestos de compra-venta, los precios y el ambiente que se respira.

Aprovechando un Domingo sin trabajo, como hago habitualmente salí de casa con dirección al centro de la ciudad en Transmilenio. Se puede bajar en la estación de la 22 con caracas y de allí subir hasta la 7ma. Pero sinceramente no es el barrio más bonito este que hay que atravesar, por lo que recomiendo bajarse en la 26 y subir hasta la 7ma por la zona restaurada de la 26.Más amplio y seguro. Una vez en la séptima, solo queda dirigirse hacia la torre Colpatria y al frente está el mercado. Obviamente a quien viva cerca, la mejor opción siempre será la bicicleta, aprovechando la ciclovía de los Domingos.







El mercado tiene dos entradas, la principal sobre la 7ma y una lateral por la 24.

Toca decir que el mercado está muy bien organizado, teniendo en cuenta sus características. Artículos usados, mezcla de gremios, antigüedades, comida y bebida entre otros, y teniendo en cuenta que no es un supermercado, pues, es muy fácil moverse por dentro del recinto. Los dueños ( o arrendatarios) de los puestos están asociados y esto da un mayor orden. Fuera del recinto, igualmente se pueden encontrar puestos de compra-venta, pero ya fuera de la asociación ( y en muchas ocasiones , productos de dudosa procedencia).

Una vez dentro, hay varias opciones. Si se tiene en mente algo que se quiera comprar, se pregunta y se busca el lugar ( o lugares) donde lo vendan. Si por el contrario, solo se va a mirar y curiosear, lo mejor es empezar por un lateral y recorrer el mercado en zig zag, dentro de lo posible.

Lo que te encuentras dentro puede superar la imaginación, cumplir las expectativas, o en el caso de los muy sibaritas, decepcionarte. En mi caso,  me sorprendo con algunas cosas, siempre encuentro algo curioso o muy loco, a pesar de que en la mayoría de ocasiones, hay cosas repetidas o muy vistas.


















Callejear dentro del mercado, entre multitud de gente, ancianos y niños, o familias completas, mezclados por turistas que ven un lugar para encontrar gangas, repuestos para cualquier cosa que tengamos dañado en casa o simplemente a vender esa vieja plancha o un par de libros.

Hay de todo, y como decía, cada vez encuentras algo nuevo. Esta última ocasión, me encontré un bazooka !!! pequeño, pero un bazooka al fin y al cabo. 












Los precios también varían mucho, dependiendo del puesto, la capacidad negociadora y por supuesto, la calidad del producto. No olvidemos que la mayoría de productos son usados, de 2da o 3ra mano. A veces te encuentras con muñecos, discos etc.. dañados, que no funcionan, teléfonos si cables, brazos de Barbies, libros con hojas de menos entre mil cosas más, pero esa es la gracia del lugar, que puedes encontrarlo. Nadie va a una juguetería a comprar una rueda de un camión de Action MAn. Pues aquí lo puedes encontrar.

También cabe decir que no todo es sucio o dañado o de 2da mano. Hay artesanías, ropa, inciensos, comida o postres tradicionales que están muy muy bien, muy cuidados y bonitos en la mayoría de casos.

Poco más que añadir, creo y recomiendo una visita a este mercado, por simple curiosidad y así aprovechar una mañana de domingo, conocer el centro sin tráfico siempre ayuda además.