jueves, 19 de abril de 2012

FESTIVAL IBEROAMERICANO DE TEATRO

Durante estos días de Mayo y Abril, se celebró en Bogotá el Festival Iberoamericano de Teatro, en su decimotercera edición "La fiesta de las mil caras"
El festival se creo en el año 1988 por Fanny Mikey y se celebra cada 2 años en la ciudad, abarcando ampliamente la geografía de Bogotá.
Es posiblemente uno de los festivales de este tipo más grandes del mundo, siendo de igual manera uno de los más diversos y plurales en cuanto a géneros y tendencias a tratar.
Sinceramente no soy el mayor fanático del teatro, pero me gusta la vida que le aporta un festival de este tipo a la ciudad, con teatro callejero, además del de pago, en teatros. Y el hecho de que no se centre solo en teatro lo hace mucho mejor, ya que se puede ver y escuchar mucha y buena música, títeres, malabaristas entre otros.
Por falta de tiempo y ganas, por que no decirlo, no asistí a muchos actos, pero hablaré de tres en concreto, que fueron bien diferentes.
La primera actuación que pude disfrutar fue la de HUNGRY MARCH BAND, una especie de big bang marchante, donde varios músicos y un par de bailarinas, todos ellos disfrazados, nos deleitaron con un buen espectáculo callejero en la Zona T.
Día medio caluroso, y en buena compañía, nos sentamos a ver el show de saxofón, trompeta, percusión y buena energía, buen jazz, fusión y demás estilos que van creando este numeroso grupo.
Aunque pudieron dar un poco más de si, el concierto estuvo bastante bien y creo que la mayoría lo disfrutó.









El siguiente espectáculo fue en la Carpa Cabaret, muy buen reciento, dentro del complejo de Corferias.
Esta vez si fue de pago, pero mereció la pena. Sin apenas referencias de la banda principal, MONSIEUR PERINË, disfrutamos de un concierto corto pero muy bueno a cargo de estos chicos de Bogotá que fusionan el swing, jazz y la música latinoamericana, todo ello con una puesta en escena excelente y ejecución impecable.
De los 7 integrantes , todos tienen su papel muy definido, pero destacan sobre todos ellos Camilo ( vientos) y  la talentosa voz de Catalina. Igual no desmerece ninguno del resto de la banda.
Con una carpa bastante llena de gente, el concierto pasó de un estilo a otro, con un par de versiones mezcladas con su repertorio propio.
Entre cerveza y cerveza, fue pasando la noche y aquí creo no equivocarme, TODOS disfrutamos como niños del recital, a pesar de no ser para nada mi estilo de música preferido,en mi caso concreto.
Después de un pequeño descanso, salieron a escena NOVALINA, banda de peruanos residentes en diferentes partes del mundo que mezclan ritmos afro-peruanos ( y latinos) con nuevos sonidos electrónicos.
Ya con la gente un poco cansada, hicieron un buen concierto con su cantante animando mucho y destacando el duo de percusionistas de la banda.
Buenísima noche la de este Sábado fin de mes, con la que terminaba una dura semana.

Y para terminar, asistimos al cierre o clausura del festival, en la misma plaza Bolivar, con un buen concierto de Tango y pirotecnia.
A manos de Amelita Baltar y el adorable Juan Carlos Godoy, disfrutamos de un concierto de tango acompañados por la Sinfónica de Colombia en el primer caso y un nutrido grupo de guitarristas para darle réplica a Godoy.
Desde la lejanía del tablado, por la numerosa afluencia de gente ( aunque lejos del gentío que se reunió días antes para ver a Manu Chao), vimos a la gran cantante que resultó ser Amelita Baltar ( para mi, completo ignorante en el tema del tango). Muchos temas de su natal Argentina, versiones escritas por ella misma junto a los más grandes del tango y todo ello con la Sinfónica, que le da un toque muy bueno a la música. Eternos agradecimientos a la ciudad y al país, dieron paso al "abuelito" Juan Carlos Godoy. También argentino, dio una demostración de lo que es cantar a esa edad. Junto a unos 10 guitarristas, el tango toma una diferente impresíón, que a  mí, personalmente me encantó.
Como cierre a todo el festival, la plaza se lleno de fuegos artificiales que en la clara noche, destacaron mucho.
Muy bonitos, solo faltó el helado y la playa para ser como Donostia,jejejejeje

domingo, 1 de abril de 2012

SALENTO

Antes de pasar a hablar de Bogotá, de la que hay mucho de qué hablar, haré un salto en la geografía del país y hablaré un poco de mi paso por el que es posiblemente uno de los lugares que más me gusta de Colombia, Salento, en el Quindio.
El pueblo es conocido por ser puerta de entrada al VALLE DE COCORA, pero esta vez voy a dejar de lado este valle, cuna del "árbol nacional", la palma de cera.
Saliendo de la capital Armenia, salí hacia Salento haciendo autostop. Colombia no es el mejor lugar del mundo para hacer autostop, no por inseguridad, sino más bien por la desconfianza de la gente. Igual, en esta zona cafetera por excelencia, la gente es muy amable y no tardé en salir hacia Salento. Tras algo menos de una hora de viaje en la parte de atrás de una pick-up, llegue a la plaza del pueblo.
Salento como tal es un pueblo pequeño, de unos 5000 habitantes como mucho, y el centro del pueblo se recorre a pie muy rápido.
Lo primero que llama la atención son sus casa pintadas en diferentes colores. Con una base blanca, las casas, tienen las ventanas, puertas, balcones entre otros pintadas de un color característico; azul, naranja, verde,rojo...




Como decía más arriba, el pueblo es pequeño y la mayoría de cosas se congregan alrededor de la plaza. Mercado, cafeterías, restaurantes, estación de buses... todo está a 3 o 4 cuadras de distancia.
Una vez con el la mochila en el hostal, salí a recorrer las calles medio empinadas del pueblo, llenas de gente local y poco turista en esta época del año. Al ser zona cafetera, se ven cultivos en los alrededores del pueblo, y subiendo a un pequeño mirador se puede ver todo el valle, verde como el solo.
Sinceramente, poco me suelen importar la mayoría de atractivos turísticos de los países que he visitado, y aquí tampoco hice excepción alguna. Paseos a caballo , visita al valle de cocora en quad....mucha oferta pero poco interés por mi parte. Me dedique a pasear por los alrededores, a descansar en un banco de la plaza, leer y poco más....y comer bien, eso si que no puede faltar. Prefiero dormir sobre el frío suelo de una tienda de campaña, o pasar la noche en un bus, pero poder darme el capricho de comer algo rico y típico del lugar.
En Salento me recomendaron la trucha, y como me apasiona el pescado, pues tocó trucha. Dentro de la variedad de platos que ofrecen en los numerosos restaurantes del pueblo, elegí la trucha al ajillo, que para mi sorpresa iba acompañada de un patacón XXL, pero bien fino (doble fritura de plátano verde).Simplemente espectacular !
Obviamente, no puedo dejar de nombrar al valle de cocora, que pese a que no fui a caballo o de otra manera, hay más formas de llegar, bien en transporte público desde Salento o como ,o hice yo, paso a paso y suave suave por la carretera. Un largo paseo, entre arboles, curvas, fincas cafeteras y un río caudaloso a mi izquierda. Lo que más me gustó del valle es además del verde penetrante, las palmas de cera que dan un contraste que no esperaba a un valle entre las montañas.













Para mi gusto, el pueblo es un lugar ideal para descansar y disfrutar de la naturaleza. Creo que lo ideal es hacer una vista a toda la región cafetera y visitar más lugares e incluir Salento como un destino más.Manizales, Armenia y Pereira son las capitales de la región, y partiendo de cualquiera de ellas se puede llegar a muchos pequeños rincones del eje cafetero, desde las fincas cafeteras y el parque del café, hasta pequeños pueblos dedicados al campo, donde poder disfrutar de la gente y la hospitalidad de estas tierras.
Aquí les dejo en definitiva una observación personal de lo que es Salento, más allá de su entorno, un pequeño pueblo colorido, hospitalario, con mayor afluencia turística día tras día y creo que mejorando un poco algunos detalles de transporte, podría llegar a ser aún mejor destino.
saludos desde Bogotá
Gorka