martes, 4 de diciembre de 2012

Día 4: A la sombra de los tamaríndos


¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Simón Bolivar
Hacienda de campo de San Pedro a 10 de Diciembre de 1830

Nuevo día en Santa Marta y a una hora más prudencial me levanté para desayunar. Conocí a Oscar, Catalán que anda de visita de negocios por Colombia y se unió a la visita del día.

Hacia las 10 de la mañana hicimos un pequeño tour por la ciudad.En la ciudad visitamos la catedral, donde fue enterrado Simón Bolivar y el fundador de la villa, Don Rodrigo de Bastidas. Bolivar fue enterrado aquí, pero solo estuvo cerca de 9 años, cuando ya fue llevado a Venezuela.No fue llevado antes, porque el presidente venezolano de la época no quiso que regresará ni vivo ni muerto. Después fuimos hacia el parque Bolivar, vimos la casa de la aduana ( la construcción en "material" más antigua de América), la costanera, el edifico de San Juan de dios entre otros, todo ello con el relato de Alex. Y como no, la estatua del gran Valderrama "el pibe".!!!







 Casa de la aduana




 el pibe




Con la avenida Libertador como eje, nos dirigimos a la Quinta San Pedro Alejandrino, uno de los lugares que más ganas tenía de visitar.

Como introducción, decir que Santa Marta fue el lugar donde murió Simón Bolivar. Estando el en Bogotá, se le agudizó la tuberculosis, y por razones políticas añadidas, decidió dejar de una vez por todas América y finalizar sus días en Europa. Llegó a Cartagena, subió su equipaje al barco, pero el doctor le prohibió viajar en ese estado, ya que seguramente fuera a morir en alta mar. Dicho Doctor, era en realidad un botanico de nombre Alejandro Prospero Reverend, quien estuvo junto al libertador hasta su último aliento y pidio expresamente ser enterrado junto a la habitación de Bolivar. Hoy día, los restos del Botánico descansan en la capilla de la Quinta San Pedro.
Al ver su estado de salud, el español y hacendado Joaquin de Mier invitó al libertador a su casa de Santa Marta y este accedió siempre y cuando le dispusieran del mejor barco.De Mier puso a su disposición un bergantín y lo llevó a la casa de la aduana de Santa Marta. Al estar cerca del mar, la tuberculosis empeoró y fue trasladado a la Hacienda San Pedro, más alejada del mar, pero cerca de la sierra, lo cual tampoco la mejor elección.
Ya en la hacienda, pasarón días de lucidez y paranoia, y el 17 de Diciembre de 1830 falleció después de redactar su proclama y su testamento.

Con está pequeña historia, llegamos a la quinta, en las afueras de la ciudad.Aquí se pueden ver 3 partes diferenciadas por colores.
Las partes amarillas corresponden a sitios de la época antigua, los blancos son restauraciones o sitios relativamente nuevos y lo verde, es relacionado con la botánica.
Así, se pueden ver las dependencias de la quinta, con sus cocinas, habitaciones, sótanos  el trapiche para sacar el jugo de la caña, caballerizas y las dependencias donde vivió sus últimos días Simón Bolivar.

Está la réplica de la cama, el reloj detenido a la hora de su muerte, una estatua de Bolivar ya fallecido entre otras cosas.
También se encuentra el cuadro "la visión del peregrino", que refleja el sueño que tuvo Simón rodru¡iguez, maestro de Bolivar en el año 1832.El nunca conoció el lugar de la muerte de este, pero soñó con un lugar junto al mar, cerca de la sierra nevada y con Bolivar entre 2 arboles.Este suelo, lo pintó años después Luis Maria Generoso Jaspeen.Los 2 arboles a los que se refiere, son 2 tamarindos entre los cuales se colgó una hamaca para que Bolivar pudiera reposar mejor.Nunca llegó a usar la hamaca.
Relativo a las zonas más recientes, está el altar a la patria y la plaza de banderas. El altar refleja en sus esculturas la diosa victoriosa pisando el yugo español los ángeles de la trabajo y la paz y en todo lo alto a Simón Bolivar majestuoso. 
Como curiosidad, si se mira a la figura de Bolivar desde el lado izquierdo, se le ve joven con la espada y la capa, pero si se observa desde el lado derecho, se le ve mayor, con arrugas, la espada parece un bastón y la capa una cobija.






 Trapiche



 Visión de peregrino (entre los arboles está la silueta de Bolivar)











 Bolivar "mayor"

  Bolivar "joven"



Después de esta visita, la cual me pareció de los más interesante del paseo, nos dirigimos a Minca. Pueblo en las montañas a una media hora de Santa Marta. Siguiendo una carretera de curvas y paisaje hermoso, llegamos a este pequeño pueblo muy acogedor. Con bastante calor, almorzamos junto al río y después caminamos por unos senderos, hacia unas fincas cafeteras. De regreso al pueblo, visita a una tienda ecológica donde compré un rico café, del cual ya he dado cuenta esta semana.

Vuelta al coche, y directos a Taganga. Pueblito pescador, que con los años ya está en vías de ser invadido por el creciente turismo. Ya se ven muchos puestos de buceo, hostales, discotecas...pero aún parece que mantiene ese carácter pueblerino de pescadores.En la iglesia se puede ver un dibujo de una virgen de la época de la conquista, muy antiguo y valioso.

Subimos hacia un mirador camino a Santa Marta y luego de disfrutar un poco de las vistas de la bahía, volvimos a la ciudad. Oscar ya se quedó aquí y a mi me llevaron al aeropuerto, pasando por el rodadero.Este último lugar se parece mucho a cualquier pueblo costero del mediterráneo español. Apartamentos y restaurantes sobre la playa. Poco más. Muy bonito,eso si.


 Colibrí en Minca






 Secado de granos de café en Minca






 Santa Marta desde Minca

 Chiva ( guagua) en Taganga




 Playa en Taganga
















Y así terminó el viaje.
4 días de disfrutar de un entorno maravilloso. Gente espectacular, paisajes e historias que me encantaron.y sin duda, un lugar a descubrir y con mucho que enseñar, no en vano Santa Marta lo tiene TODO.