Día 2: Tayrona, donde el cielo se une a la tierra

Serankua, el señor del sol, creo la tierra, la hizo fértil y centró el mundo en la sierra nevada. Desposó a la mujer Roja, a la Amarilla y a la Blanca, pero ninguna le dio hijos, hasta que lo consiguió con la mujer Morena. Las cuatro quedaron representando los colores de la tierra, sinónimo de la riqueza del lugar y de la madre tierra.

Mito Arhuako

7 de la mañana, y ya calienta el día en Santa Marta. Me recibió Alexander Nuñez, guía de Aviatur que sería a la postre compañero de viaje y maestro en el recorrido por el parque tayrona.

Desde el principio pude observar lo que sería la tónica del paseo. La amabilidad y excelente trato que recibe uno de manos de la gente de la costa samaria. 

Tras unos kilómetros por la vía que lleva hacia la guajira, tomamos el desvío al Parque Tayrona.

El parque más importante de todos los que integran la red de parques nacionales naturales de Colombia. Con más de 15 mil hectáreas de parque, junto al parque de la sierra nevada, es todo un espectáculo.

La sierra nevada es la montaña más alta del mundo junto a la costa, con los picos Bolivar y Colon, que se alzan a 5775 metros sobre el nivel del mar. Según ordenanza nacional, los parques naturales tienen que tener un porcentaje de capital privatizado, por lo que Aviatur tiene la concesión del parque Tayrona.

Una vez dentro del parque, caminamos por unos senderos de bosque tropical hasta avistar por primera vez el mar, que se escucha durante todo el recorrido, pero se esconde tras lo abundante vegetación. En cuanto se pisa la arena de la playa, lo primero que se quiere es meterse de una vez al mar, pero en esta parte está prohibido el baño, debido a las fuertes corrientes marinas. Esto es habitual en el litoral de tayrona, No todas las playas son aptas para el baño.

Durante el recorrido, Alex me fue contando historias de los indígenas del lugar ,descendientes de los tayrona primigenios, y como fue el primer contacto con los españoles entre otras cosas. En el lugar habitan 4 principales grupos indígenas, que por orden de importancia y espiritualidad comprenden a los Kogui, los Wiwa, Arhuaco y los Kankuamo. Todos y cada uno de ellos, bajo la sabiduría de los Mamo, lideres de las tribu.

Al poco de pisar la primera playa, llegamos al sector de Arrecifes. Aquí se encuentran varias zonas de acampada y hospedaje. Con diferentes precios, yo me quedé en la zona de Aviatur, que es la más exclusiva, pero al lado hay diferentes zonas más económicas, con opciones de carpa, hamaca y cabañas.

Después del registro, caminamos hacia el oeste, bordeando la costa entre playas y caminos entre el bosque. El camino es fácil de transitar, pero hay que ser consciente de que esto no es el típico lugar de playa blanca y cocotero.Hay mucha selva, caminos empedrados y riachuelos que cruzar. A pesar de ello, como digo, es de fácil transito. 

Al poco de caminar, unos 20-30 minutos, llegamos a la última parte del recorrido permitido, el sector de Cabo de San Juan del guía. Una de las zonas más conocidas y fotografiadas del parque. Muy bonito lugar, acogedor, pero al ser fin de semana, con bastante gente.

En esta zona, tuve tiempo de esparcimiento, a mi aire, ya que todo no iba a ser explicaciones del guía y "obligaciones" de ver esto o aquello. Caminé un poco más hacia el oeste, y se pueden ver más playas, mucho menos transitadas. 

Una vez tostado al sol, regresamos hacia Arrecifes, para almorzar en el restaurante que tiene Aviatur allí. Comida bastante elaborada, con productos de la región e internacionales, dimos buena cuenta de un "dip" de jaiba con guineo frito, pescado y arroz con coco etc... y siempre con ricos zumos de frutas. Poco más se puede pedir. 

 Cocos en la arena

 Medusa o aguamala

 Cabo de San Juan Guía

 Yes, my Freind

Para después de comer, ya me tenían lista la cabaña. Una serie de cabañas familiares, en una de las cuales me dejaron quedar.Con ventilador, terraza, hamaca y todos los lujos que se pueden tener en un sitio como este.Perfecto.

Y a media tarde, ya solo, caminé de vuelta hacia el sector de la Arenilla, una playa con agua con el baño permitido, y chapoteé un rato, hasta bien entrada la tarde, en estas aguas templadas.

Por la noche, otra vez una exquisita cena, esta vez algo más internacional, como es una ensalada cesar. muy bien preparada y rica.

Y poco más por este primer día. Una vez cenado, charlamos un rato Alex y yo, escuchando más historias y leyendas del lugar.

En resumen, un día muy completo y agradable, con tiempo propio para disfrutar del mar y con mucho aprendido.