lunes, 3 de diciembre de 2012

Día 3: Taironaka, la sombra de la ciudad perdida

No existía el Norte ni el Sur. El Jaguar representaba el Sol, ( este) y la serpiente las sombras ( Oeste), mientras en el centro se encontraba la rana, sinónimo de la fertilidad. Cada día, la serpiente se comía al jaguar, dejando a la tierra bajo las sombras. 

Amaneció un día espectacular en Arrecifes. Soleado pero con una brisa agradable. Tras dar buena cuenta de un desayuno abundante, salimos dirección este, hacia los famosos ecohabs, en la playa Cañaveral.

El camino para llegar a ellos, es retroceder por el camino recorrido el primer día, y después dar un pequeño rodeo. Está zona es bastante exclusiva. También gestionada por Aviatur, son unas cabañas inspiradas en las mismas construcciones de los Tairona, pero con todas  (o casi) las comodidades modernas. Es un lugar muy tranquilo, se respira reposo y bienestar, rodeado de selva tropical, playas y al fondo, una vista impresionante de los nevados.

Para mi sorpresa, en la entrada, y en la misma playa, me encontré con un jacuzzi y una cama para masajes !!!! Puro lujo. Obviamente no estaba destinado a mi, pero seguro los clientes de los ecohabs lo disfrutaron mucho.

En el bar-restaurante de la zona, tomamos un jugo, antes de disfrutar de la playa hasta la hora de comer. Subi colina arriba para ver mejor las cabañas, ver las vistas desde allí es una gozada. Yo que soy claramente de montaña, mucho más que de playa, disfruté de igual manera de la combinación de ambas. Los cerros Colon y Bolivar ( a los cuales no se puede subir sin el permiso de los indígenas de la zona), quedaban a mi espalda y de frente, el mar caribe, con su oleaje suave, lleno de historias de piratas, de indígenas inteligentes, de batallas perdidas y ganadas, de españoles con ánimo de aprender unos, y de destrozar otros. La sierra nevada era el centro del mundo, los Tayronas la primera civilización ( según su mitología), pero se sabe que muchas otras culturas de toda América confluyeron en este sector con forma de corazón.



 Ecohabs


 Jacuzzi






 La Sierra Nevada. Cerros Colon y Bolivar











 Carimañolas de langostino

 Cerdo con salsa de Corozo




Con el almuerzo servido, nos recogió Edgardo, para llevarnos a Taironaka, conjunto natural y arqueológico, en la vía a Riohacha.

Una vez pasado el río Buritaca, al llegar al río Don Diego, se toma el desvío a mano derecha y se llega a un pequeño embarcadero. Desde aquí se toma un barco río arriba por unos 5-10 minutos y se llega a taironaka. Conjunto natural y arqueológico muy bonito.Simple, sin lujos y mayores pretensiones que las de enseñar el lugar y el entorno, el lugar me gustó mucho. 

En el lugar hay un pequeño museo donde se explican los ritos de entierro y de manejo de la Tumbaga ( aleación de oro y cobre), un zoológico y unas ruinas, que consisten en su mayoría por gradas circulares que en su día fueron lugar donde se asentaban los hogares de los tayrona. Hay hoy día una de esas construcciones donde aún habita una familia indígena.

El lugar es una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en la ciudad perdida de la sierra nevada.Sitio arqueológico más importante de la zona, aún con mucho por descubrir y posiblemente uno de los puntos representativos del turismo de todo el país.

Recorrimos el lugar con calma, escuchando las explicaciones de Alex, que una vez más demostró su conocimiento.

De aquí, volvimos a bajar por el río para regresar a Santa Marta.

Como curiosidad, decir que en el río don Diego y Buritaca y sus alrededores se gravó la película La Misión, de Robert de Niro y Jeremy Irons.

http://www.youtube.com/watch?v=DqeWFmBODMk

Gran película, centrada en las disputas entre Guaraníes de Brasil y paraguay y los evangelizadores. La película se rodó en los 80 y para ello trajeron a la zona a indígenas  Emberá del oeste Colombiano.




































Ya en Santa Marta, me invitaron a  cenar a un restaurante del centro de la ciudad, el restaurante Basilea. De comida principalmente francesa, disfruté mucho de la comida y del trato recibido. 

Y para terminar el día y aprovechar la noche, salí con Adriana, una chica de Bogotá que vive en Santa Marta. Tomamos unas cervezas en un ambiente de rock muy bueno.

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