lunes, 9 de julio de 2012

Neiva. San pedros, Fiestas folclóricas y reinado del Bambuco.

Escribo este post justo después de un largo viaje por carretera, cansado, medio sucio pero muy feliz tras un fin de semana largo y ajetreado.
Tenía unos diez días de vacaciones y pensé en salir para algún lado y tras un frustrado plan de viaje a Cartagena de Indias, me decidí a última hora pegarme al viaje a Neiva con unos amigos.
Viernes de madrugada, salimos desde las cercanias de la Universidad Nacional en un Corsa, dirección sur, dispuestos a evitar los embotellamientos de trafico mañaneros. Error! nada más llegar a la autopista sur, filas interminables de vehículos nos esperaban, todos en la misma dirección. Paciencia y buena música, no quedaba otro remedio más que eso.
Y en esa tónica avanzamos poco a poco hacia tierracaliente, desayuno en Silvania y paradas en el Espinal y finalmente Neiva, donde almorzamos en la plaza principal.
El plan inicial era quedarnos en un camping junto a un grupo de amigos, pero el camping quedaba en Riveras, un pueblo a unos 20 km de Neiva. Salimos hacia allí con la mejor energía, pero una vez más, la carretera nos puso dificultades. Concierto de Vicente Fernández en un costado de la vía a Riveras ocasionó un embotellamiento gigante, en el cual la policía poco podía hacer. Una espera y avance lentos nos desanimó a seguir hacia el camping por lo que paramos en otro camping diferente, más cerca de la ciudad. Aun así, lo peor es la falta de transporte público para llegar a Neiva. Supuestamente  hay buses que van y vienen desde Riveras a Neiva, pero por alguna razón no pasaba ninguno, y los taxis eran directamente un robo. Pero como había otra opción, nos tocó pagar el taxi cada vez que salíamos del camping.
El camping muy bonito, sencillo pero con unos dueños más que encantadores. Pusimos las tiendas de campaña junto a unos arboles y cerca de la piscina. Destacar del camping la cantidad de diferentes arboles frutales, desde el mango pasando por papaya, guanábana, pomarrosa... hasta la mandarina.













Después de descansar un poco y conversar con los dueños, salimos hacia Neiva para disfrutar de la noche de fiesta. 
Toda la zona del malecón, junto al río Magdalena, estaba llena de puestos de comida, cerveza, zonas de baile etc... y mucha gente al calor de la música y el calor, que ya a esa hora de la noche, no era tan sofocante. Pasamos unas horas por allá , dando vueltas y nos fuimos de vuelta al camping no muy tarde, ya que el día fue muy largo, con casi 10 horas en coche. 
Por la mañana temprano, baño en la piscina del camping y un rato de descanso junto a un desayuno gigante, nos dio fuerzas para regresar a la ciudad para arreglar un inconveniente que tuvimos con el coche. El Domingo por la mañana era el día grande en Neiva. Desfile de reinas de belleza, cabalgatas, carrozas etc... pero para cuando solucionamos el problema, solo alcanzamos a ver la cabalgata. 
A pesar de ser nacido y criado en un pueblo de "montaña" y estar acostumbrado a ver muchas ovejas, vacas, caballos etc... nunca en mi vida había visto tanto caballo junto. Por todo lo largo del malecón se juntan cientos de jinetes ( hombres, mujeres, abuelos...) a lomos de un caballo, con la cercana vigilancia de la policía montada de Neiva y como no, una cerveza en mano ( para mantener el equilibrio dicen !!).
Es una constante en esta fiesta, la cerveza y el aguardiente ( como en todas las fiestas del mundo), pero era curioso ver a gente caerse al suelo, y no soltar la lata de cerveza, así se lastimarán, la cerveza lo primero parecía ser la consigna.
Otro aspecto curioso de la cabalgata era ver a las señoritas, impecablemente vestidas y maquilladas, con escotes generosos, pantalones apretados y cintura de abeja, con su sombrero de vaquera ( o sombrero voltiao ). Es todo un honor para los habitantes de la zona salir en el desfile, y se muestran orgullosos de ello. Muy bonito. Una pena perdernos el desfile principal, pero bueno, otro año será.













Otro pequeño paseo por el centro de la ciudad y salimos de nuevo hacia el camping para alistar las cosas y salir hacia un nuevo destino, el desierto de la Tatacoa, sobre el cual hablaré en un siguiente post y en el cual disfrutamos de un paisaje increíble, una amabilidad fuera de lo común y buena compañía.
Antes de salir, agradecimos la buenísima atención brindada por toda la gente del camping, su ayuda para conseguir los mejores precios y recomendaciones de visitas.



En definitiva un paseo recomendable el de Neiva. Una ciudad que a pesar del calor es agradable de visitar, con gente simpática (a pesar de ser, en teoría, una ciudad peligrosa por el tema de robos), nos trataron muy bien y no tuvimos queja alguna, a excepción del tráfico, donde cada rato los demás coches te pitan. Bastante molesto, pero un mal menor. A 5 o 6 horas de Bogota, un buen destino para pasar un fin de semana o si se tiene más tiempo, como punto intermedio entre el desierto y el parque arqueológico de San Agustín, sobre el cual hablé en este POST.

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